Pese a ser ciego de nacimiento, Smiley es un perro absolutamente feliz que además ayuda a decenas de niños a leer. Smiley nació sin ojos, y su dueña lo adoptó cuando sólo tenía un año: desde ese momento, este adorable Golden retriever se reveló como un gran animal de compañía con magníficos efectos terapéuticos en quienes se relacionaban con él.
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